Visitas guiadas al panteón modernista cuya restauración ha dirigido la profesora Muñoz Mora


El Ayuntamiento de Cartagena también va a intervenir en otro sepulcro decimonónico del cementerio de Los Remedios

El patrimonio cultural que alberga el cementerio Nuestra Señora de Los Remedios de Cartagena redobla este fin de semana los motivos para visitar la necrópolis con motivo del Día de todos los santos. Abre al público y se realizan visitas guiadas al panteón Pedreño y Deu, rehabilitado bajo la dirección de la profesora de la Escuela de Arquitectura y Edificación de la UPCT María José Muñoz Mora.

A la intervención sobre este panteón construido en los años 70 del siglo XIX se sumará próximamente la rehabilitación de otro complejo monumental de tumbas, el de la familia Martínez de la Peña, que data de la misma época. Ambos panteones han pasado a titularidad municipal por el impago de cuotas por parte de sus propietarios y son magníficos ejemplos de la arquitectura eclecticista tan dominante en esa época en Cartagena.

“El cementerio de Los Remedios reproduce el urbanismo de la otra ciudad (la de los vivos) y es fiel reflejo de la sociedad cartagenera decimonónica, proyectado y construido con un entramado de calles categorizado en función del nivel económico de las familias”, explica la docente de la Politécnica, a quien el Ayuntamiento de Cartagena va a entregar uno de sus Premios a la Cultura en la categoría 'Promoción del patrimonio'.

El galardón reconoce su difusión y promoción del patrimonio cultural a través de la publicación de una monografía y la exposición itinerante 'La ciudad Silente', que ha puesto de relieve el patrimonio arquitectónico que atesora el camposanto de Los Remedios, sumado a las intervenciones arquitectónicas que la profesora Muñoz Mora ha ejecutado sobre edificaciones singulares del sacro recinto.

“Los expertos nacionales e internacionales que lo han visitado le ven un gran potencial, tanto por su concepción urbanística, como por las arquitecturas que en él se emplazan; grandes ejemplos de los estilos  modernista y ecléctico, tan representativos de la ciudad de Cartagena”, explica. “Otras ciudades han convertido este patrimonio en un objeto turístico muy provechoso”, añade.

La investigadora Muñoz Mora ha dirigido la elaboración del Plan Director de Protección y Valorización del Cementerio de Nuestra Señora de los Remedios, para el que se han iniciado los trámites para que el complejo sea reconocido como Cementerio Significativo de Europa por la Asociación Europea de Cementerios Singulares ASCE.

36 nichos  

El restaurado panteón Pedreño y Deu, obra del arquitecto Carlos Mancha Escobar, se encuentra en la calle principal de acceso al cementerio, y responde al esquema de panteón romano con torre cilíndrica central y linterna rematada con una piña. En la fachada principal se encuentra el acceso con un pórtico coronado por un frontón con el nombre de la familia. Todo el conjunto está decorado con motivos vegetales, quedando la puerta flanqueada con las esculturas de las tres Virtudes Teologales (Fe, Esperanza y Caridad) obra del escultor Francisco Requena, que también han sido restauradas. De dicha restauración se ha encargado Rosana Hernández Rodríguez-Guisado.

El interior del panteón está presidido por una capilla central, en planta baja, donde se conserva parte del mobiliario original y desde la que se accede a la cripta funeraria a través de una empinada escalera. La planta bajo rasante alberga 36 nichos distribuidos en las cuatro paredes, organizados hasta en cinco alturas, en los que se encuentran algunos de los personajes más ilustres de la burguesía cartagenera de los siglos XIX y XX (el propio Andrés Pedreño, su esposa, el dueño de la fábrica de cristal Tomás Valarino o Justo Aznar, quien fue ministro, entre otros).

La intervención, además de dirigida por la arquitecta María José Muñoz Mora ha contado con la dirección de ejecución material de la ingeniera de edificación Rosario Martínez Oliva. La restauración del panteón Pedreño y Deu ha consistido principalmente en la eliminación de las patologías que mermaban la estabilidad de la edificación tales como; humedad de filtración, biodeterioro, corrosión, tinción, suciedad superficial, acceso descontrolado de animales al interior, nidificación y eflorescencias, entre otras. La restauración de esta singular obra arquitectónica devuelve a esta morada silente la prestancia que un día tuvo destacando la importancia de la conservación de nuestra memoria.

Las visitas están siendo guiadas por Esteban y Arturo Tomás Guirao, de la asociación Autismo Somos Todos.